Este último mes de marzo los medios de comunicación han hecho mucho eco de noticias que alertan sobre la resistencia que se está empezando a dar los antibióticos. Un mal uso de ellos y el lento proceso de descubrimiento de nuevos principios activos son los principales factores que nos están llevando a esta situación.

Es por ello que quiero contarte cómo se deben usar los antibióticos y qué aspectos hay que tener en cuenta para garantizar su efectividad:

  • Siempre bajo prescripción: Nunca debemos tomar antibióticos sin que nos lo prescriba nuestro médico de cabecera. Aunque tengamos restantes de otras veces y estemos muy seguros de necesitarlo, no lo debemos hacer. Puede ser que esta vez necesitemos otra dosis (más fuerte o menos), que sea incompatible con otras medicaciones que estamos tomando o que simplemente las molestias que estemos sufriendo no sean debidas a un virus y, por tanto, no necesitemos antibióticos.

 

  • Sigue la dosis prescrita, a las horas indicadas y bajo las recomendaciones de tu médico o farmacéutico. Siguiendo con el discurso del punto anterior, no tiene sentido que nos estemos tomando un antibiótico y no nos lo tomemos cuando nos han indicado, en dosis más altas o más bajas. Tan solo estaremos poniendo más obstáculos para que nuestro organismo pueda combatir la enfermedad que sufrimos.

 

  • Finaliza el tratamiento: Aunque notes mejoría, es muy importante que no lo interrumpas. Muy probablemente no va a servir de nada que hayas estado la mayoría de duración del tratamiento cumpliéndolo a rajatabla si los últimos días vas a dejar de cumplirlo. Tan importante es la última toma del antibiótico como la primera. ¡Recuérdalo!

 

  • Recicla en el punto SIGRE:Tienes que saber que los medicamentos y sus blísters no deben depositarse en las basuras convencionales. Al tratarse de un blíster o envoltorio que puedan haber estado en contacto con el medicamento debemos llevarlo al punto SIGRE de la farmacia. Aunque no hayas finalizado la caja, si has acabado con el tratamiento antibiótico ta,bien debes llevarlo. Además de estar favoreciendo a la conservación del planeta, también te ayudarás a ti mismo: si retiras los restantes de medicamentos, no tendrás la tentación de usarlo en las próximas veces que tengas unos síntomas parecidos.

Y, por último, recuerda que no debe darte pereza acudir a tu médico de cabecera para que te examine cuando te sientas mal. Aunque tengas muy claro lo que te sucede, no siempre acertamos ni sabemos qué medicamento necesitamos en cada situación.