Los antibióticos son medicamentos que combaten las infecciones bacterianas. Pueden cumplir dos funciones: eliminar la infección o evitar que se propague. Usados correctamente, pueden salvar vidas, pero pueden hacer más mal que bien cuando no se usan de la forma apropiada.

Los antibióticos deben tomarse siempre y cuando lo haya prescrito un médico y suele ser recetado en caso de enfermedad infecciosa producida por una bacteria. Nunca deben consumirse antibióticos cuando las infecciones son producidas por virus o en el caso de estar sufriendo resfriado, gripe, bronquitis o sinusitis, ya que no te hará sentir mejor.

Existen muchos aspectos relacionados con el uso correcto de los antibióticos:

· No se deben de tomar antibióticos durante el embarazo, ya que puede ser perjudicial para nuestro bebé.

· Está totalmente desaconsejado tomar antibióticos si se ha ingerido alcohol, ya que puede provocar diversas consecuencias negativas.

· Hay que conocer muy bien cuáles son las indicaciones de cada fármaco, dependiendo de cada tipo de antibiótico habrá que tomárselo antes o después de las comidas. ¡Sigue correctamente las instrucciones de tu médico de confianza!

· Hay que respetar los horarios y cumplir hasta el final con el ciclo del tratamiento aunque se noten mejorías. Si no sigues las pautas recomendadas, existe el riesgo de que las bacterias no se hayan eliminado del todo y vuelvan a reaparecer.

· Nunca consumir un antibiótico que tengas en casa porque tengas síntomas parecidos a otras veces.

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